Podríamos decir que exiten 5 clases de viajeros que . Es posible que seas una combinación de todos los tipos de viajeros, pero en el fondo, sabes bien que te sientes más identificado con alguno de estos tipos en especial.
Descubridores
Este tipo de viajero busca sobre todo la autenticidad de la experiencia. Va en busca de las tradiciones, culturas e idiosincrasias locales.
En ocasiones hasta ciertas incomodidades son bien recibidas ya que suponen el pago del “descubrimiento” del nuevo destino.
A veces, los descubridores pertenecen también al subclan de los fanáticos o aventureros, aquellos que estarían dispuestos a todo con tal de poder realizar esa afición que les apasiona, desde pasar una noche bajo cero para ver una aurora boreal a gastar una desorbitada cuenta en un restaurante de reconocido prestigio o desplazarse a Hawái para encontrarse con la ola perfecta.
Sociales
Para ellos el destino es un medio, una posibilidad de relación, lo que buscan es un trato cercano. Entienden la calidad como un servicio cálido y amigable. Su predisposición a la interrelación les confiere un carácter positivo capaz de perdonar posibles desajustes de calidad en el servicio.
Cruceros, circuitos programados en grupo y hoteles “Todo Incluido” son para ellos los lugares perfectos para conocer nuevas amistades.
Well-being & Hedonistas
Comodidad, tranquilidad, privacidad y buen gusto son los valores que persiguen, huyen de toda masificación y conciben la felicidad como un momento único e irrepetible. Gustan del trato personalizado y de programas creados “expresamente para ellos”. Lo importante es poder disfrutar del instante presente, del “aquí y ahora” que puede proporcionar una un spa de lujo, las vistas desde su habitación, un buen concierto o simplemente observar el crepitar del fuego mientras saborean una copa de vino.
VIP
En realidad, como decía Oscar Wilde, son personas de gustos sencillos, “solo les gusta lo mejor”.
Todo ha de ser perfecto, el trato ha de ser personalizado y el viajero ha de sentir que el mundo gira a su alrededor.
Los nuevos VIP buscan un reconocimiento público de su status, por lo que suelen buscar aquello que es reconocido por todos como lujo. Los otros VIP, los “de cuna” saben lo que quieren y lo piden, pero no buscan autoafirmación porque ya la tienen. Para ellos la calidad sólo tiene un nombre: excelencia. Satisfacerles no es cuestión de darles lo mejor sino de sorprenderles aportándoles un valor añadido, sin estridencias y que no esperan.
Escapistas
Para ellos el destino es un medio y no un fin, a menudo sufren de una extraña enfermedad denominada dromomania, una obsesión patológica por trasladarse a otro lugar, y es que no hay mejor ejercicio a veces que poner distancia de por medio para ver la vida desde otra perspectiva, para inspirarse, para olvidar y para añorar.