Exótica, frenética, la única ciudad del mundo situada entre dos continentes ofrece al visitante una completísima oferta cultural y lúdica.
Constantinopla, Bizancio, Alejandría, Estambul, son solo algunos de los nombres que denominan a esta bella ciudad. La “Reina de las Ciudades” como se le denomino en el periodo bizantino, cuenta con algunos de los monumentos más fascinantes de Oriente y Occidente, pero alejémonos por un momento de los circuitos turísticos más tradicionales para adentrarnos en algunas de las experiencias más sorprendentes y desconocidas que podemos encontrar en la ciudad del Bósforo, el destino perfecto para ir solo y no sentirse solo.
Cisterna de Yerebatán
Uno de los secretos mejor guardados y menos visitados por los turistas se encuentra en la “Cisterna de Yerebatán”, en la plaza de Sultanhmet, muy cerca de Santa Sofía. Fue construida por Justiniano I, un misterioso lugar que ocupa 10.000 metros cuadrados sostenido por 336 gigantescas columnas de ocho metros de altura con capiteles jónicos y corintios. Imaginar este espacio lleno de agua produce una extraña sensación.
El perfecto atardecer
Del reino de las tinieblas nos vamos a presenciar “El perfecto atardecer”, cuando el sol proyecta sus rayos en las aguas del Bósforo. Son números los enclaves para una relajada visión de este misterio diario, pero mis dos preferidos son desde el Café de Pier Loti o en la terraza “Nu Teras” ubicada en la azotea del edificio Nu Per, aquí la puesta de sol divisando el Cuerno de Oro quedará grabada en tu memoria mientras Estambul se rinde a tus pies.
Hotel con historia: Pera Palace
muy cerca del Nu Teras, se ubica el legendario hotel Pera Palace, donde Agatha Christie, La Reina del Crimen, escribió en la habitación 411 su obra “Asesinato en el Orient Express”.
Este hotel, que en su día era el punto de encuentro de los viajeros que recorrían Europa en el emblemático tren es otro de los puntos a incluir en nuestra visita alternativa de Estambul. Inaugurado en 1.895 es un hotel museo diseñado con estilos neoclásico, Art Nuveau y Oriental.
Pasaje “Hazzopulo”
Estambul está lleno de pasajes con encanto, tal vez el más auténtico y estratégicamente situado para nuestra peculiar visita es el pasaje “Hazzopulo” que data de 1.871 y próximo a la famosa calle Istikial. Está rodeado de cafés, tiendas de libros, artesanía, juguetes, joyerías y boutiques con objetos de diseño exclusivos, el lugar perfecto para una parada a media tarde y fumar una pipa de agua, una de las costumbres árabes más arraigadas, acompañada de un auténtico café turco, toda una experiencia que nunca olvidarás, pero recuerda, no des vuelta a tu café con la cucharilla o su sabor se tornará imposible.
El Gran Bazar
4.000 tiendas os contemplan, no aportaré nada que los guías no digan, pero sí que quiero recomendar una compra para los amantes, como yo, de los grabados antiguos. En una de las salidas del Bazar se encuentran varias librerías de viejo con grabados del Siglo XVIII a precios realmente insospechados. También para los españoles, tan aficionados a la compra de imitaciones de grandes marcas, podrán encontrar la replica perfecta, desde los últimos diseños de joyería de firma hasta una “Belstaff” que llenará de envidia a los amigos de los más y menos jóvenes.
Mezquita Nueva y Rustem Paça
En la Mezquita Nueva, que data del 1.600, hay que apreciar las paredes cubiertas de azulejos de Izmir y asombrarse con los infinitos matices que adquiere el color azul. Y después de un baño de luz y de color toca adentrarse en el adyacente Mercado Egipcio con miles de olores a especias, frutas desecadas, encurtidos, infusiones y todas las clases posibles de hierbas aromáticas donde se abastecen los estambulitas.
Para conocer el ambiente turco más auténtico nos acercaremos a la Mezquita de Rustem Paça del siglo XVI, accediendo a ella a través de un pequeño y misterioso laberinto de callejuelas.
Baño en un hamann
Llegada la tarde la experiencia de tomar un baño turco después de un día caminando sin parar es muy gratificante, y si lo hacemos en un hamann de más de 300 años de antigüedad y disfrutando de un masaje la experiencia se convierte en sorprendente.
Es famoso el de Cemberlitas, muy cerca del Gran Bazar, pero mi preferido es el de Cagaloglu, para mi uno de los lugares en el mundo que hay que visitar antes de morir.
Ceremmonia Sema
Ser testigo de una Sema, ceremonia de las vueltas, que protagonizan los derviches es una experiencia mística que ningún visitante de Estambul debería perder.
Mi recomendación es olvidarnos de los espectáculos turísticos y presenciar la Sema que organiza el Grupo Sufí de Estambul cada miércoles, viernes y domingo en una sala de la emblemática estación de tren Sirkeci, donde solía llegar el Orient Express desde París. El espectáculo dura una hora, durante la cual, derviches y visitantes llegan a alcanzar un estado de éxtasis difícil de narrar.
Pasear en barco
Pasear en barco es uno de las actividades y medio de transporte preferido por los habitantes de Estambul. Un consejo: no gastes tu dinero en una excursión turística. En lugar de eso toma el ferry regular en Eminönü, por menos de un euro podrás hacer un interesante recorrido por el Bósforo y observar el auténtico estilo de vida de los estambulitas.
Experiencias gastronómicas
Estambul cuenta con una rica gastronomía y con restaurantes de gran lujo que no tienen nada que envidiar a muchos estrellas Michelín, pero hay dos experiencias, muy baratas y más allá de los riquísimo Donër y los Kebab que recordarás para siempre:
- Una es tomar un bocadillo de pescado fresco, el mejor lugar son los puestos del muelle de Eminonu.
- La otra disfrutar no solo saboreando sino observando cómo sirven un helado “Alpedo”, lo sé, en español suena raro, pero es una de las mejores experiencias gastronómicas del mundo.
Cena romántica con vistas
Para culminar nuestra “Experiencia Estambul” recomendaría una cena romántica “Al Fresco”, a orillas del Bósforo con vistas a “La Reina de las ciudades”. Dos de mis sitios preferidos son el restaurante 360Istambul, donde debemos de reservar con mucha antelación una mesa en la terraza con vistas y el otro es en la terraza del hotel A´Jia, según la prestigiosa revista Conde Nast Johansen el hotel con más encanto de Europa, en plena orilla asiática del Bósforo y combinando estilo minimalista con detalles del S. XIX.
No me olvidaré de los que buscan una noche con mucho glamour, para ellos les recomiendo el restaurante-discoteca Reina. Diversión y famoseo asegurado.
Y como estoy seguro de que “La Reina de las Ciudades” te va a fascinar, te recomiendo que invites a acompañarte en tu viaje a un buen amigo, el libro de memorias del escritor premio Nobel Orhan Pamuk, “Estambul, Ciudad y recuerdos”.
