Recorriendo el mundo en trenes legendarios.
Una experiencia de “slow travel” que nos transporta a tiempos en los que las palabras viaje y encanto iban siempre de la mano y la prisa no se conocía.
“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias…”
Este poema, “Viaje a Ítaca” del gran Cavafis define bien la filosofía que rodea a estos trenes de los que vamos a hablar, los abuelos o bisabuelos de los trenes de alta velocidad AVE, del TGV o del ultramoderno tren japonés de levitación magnética capaz de alcanzar los 600 Km/hora.
Estos son algunos de los históricos trenes que siguen circulando a 60 Km/hora y en los que el lujo va más allá de una exquisita decoración o de menús diseñados por chefs con estrella Michelin, trenes en los que todavía los invitados se visten de gala para asistir a la cena y las sábanas de hilo egipcio se planchan a diario. Lugares donde lo que importa no es llegar al destino, sino disfrutar del camino.
Simplon Venice de Orient Express. Paradigma de la elegancia europea
El nombre histórico de Orient-Express es sinónimo de «viajes en tren de ultra lujo» y un gran lujo es poder conocer durante su trayecto las ciudades de Londres, París, Venecia, Roma, Berlín, Cracovia, Budapest, Innsbruck, Viena y Estambul en vagones de estilo Art Déco de los años 20 con vidrieras originales de Lalique, telas de seda y paneles lacados que fueron escenario en 1.934 de «Asesinato en el Expreso de Oriente», una de las obras más famosas de Agatha Christie.
Rovos Rail. El orgullo de África
Rovos Rail es un tren de estilo eduardiano diseñado para llevar a los huéspedes al pasado mientras serpentea a través de algunos de los paisajes menos vistos pero más espectaculares de África.
El viaje más largo de Rovos es de 34 días desde Ciudad del Cabo a El Cairo, aunque el trayecto más popular es el viaje entre Pretoria, capital de Sudáfrica y Ciudad del Cabo, una ruta de 1.600 kilómetros salpicada de múltiples y exóticos paisajes. Otra de las rutas más solicitadas es la Authentic African Adventure que parte de Ciudad del Cabo y recorre 6.100 kilómetros a través de Sudáfrica, Zimbabwe, Zambia y Tanzania, culminando el viaje con la visita a Zanzíbar, el Kilimnajaro y el Serengeti.
El Rovos Rail está limitado a 20 vagones y 72 invitados en cada viaje, lo que hace una media de menos de cuatro pasajeros por vagón.
Rovos Rail es el sueño cumplido de Rohan Voss, un fanático del ferrocarril que aún hoy es fácil que apostado en el andén despida a sus privilegiados invitados con consejos como este: “Por favor pónganse guapos para la cena y, se lo ruego, denle mucho trabajo a nuestro personal”.
El Rocky Mountaineer. Canadá. La naturaleza en estado puro
Siete veces ganador del World’s Leading Travel Experience by Train, nombrado como uno de los mejores viajes del mundo por la National Geographic o una de las mejores experiencias del mundo según Lonely Planet
Este tren a diferencia de los otros recomendados no ofrece dormir a bordo, la fórmula de Rocky Mountaineer es simple, durante el día, te dejas impresionar por los maravillosos paisajes de las Montañas Rocosas, una de las cadenas montañosas más grandes del planeta y al atardecer, te llevan a un buen hotel cercano hasta las ocho de la mañana que te vuelven a llevar al tren. No hay viajes nocturnos, para que no te pierdas ningún escenario, una forma efectiva a la vez que relajante de viajar.
Hay cuatro rutas diferentes, todas parten de la ciudad de Vancouver y todas comprenden las Montañas Rocosas canadienses, cada ruta dura dos días con una noche de estancia en un hotel.
Aunque la mayoría de los viajeros prefieren la temporada de verano es el otoño desde septiembre hasta mediados de octubre el momento más romántico para viajar, cuando las hojas se convierten en una vibrante mezcla de rojos, naranjas y amarillos.
Y lo mejor para mí, es que además de ser un tren panorámico, con grandes ventanas de cristal que te permite admirar, hasta dejarte sin aliento, la grandiosidad de la naturaleza de los Montañas Rocosas de Canadá, puedes combinar el viaje con una estancia en la fascinante y elegante Vancouver y culminarlo con un crucero en barco por Alaska.